Muchas personas sufren por que su silueta se vea descompensada por esta acumulación de grasa debido a razones hormonales. Preguntamos a los expertos qué podemos hacer para remediarlo, aunque debes tener claro que el entrenamiento siempre es beneficioso a nivel global, tanto física como mentalmente.

La cartuchera es un cúmulo de grasa en la cadera, nalgas y en la parte externa del muslo. Ocurre, explica la doctora Paloma Cornejo, con clínica homónima, por razones hormonales. «Está ahí porque los estrógenos [principales hormonas sexuales femeninas] quieren que lo esté. Digamos que la naturaleza prepara a las mujeres para ser madres y, en caso de embarazo, que no se queden sin alimento con estos depósitos más resistentes a eliminarse, para que el cuerpo pueda tirar de ellos en caso de necesitarlo», cuenta la dermatóloga. Esta es la razón principal por la que afecta más a mujeres que a hombres.

«La gente que tiende a acumular más grasa en las caderas tiene una complexión ginoide y las personas que tienden a acumularla en la tripa, androide. La grasa ginoide siempre se asocia a una mayor fertilidad, sobre todo, en la mente de la antigüedad. Y quien tiene esta complexión se defiende mejor ante las enfermedades cardiovasculares, mientras que las chicas que engordan más en la zona de la tripa tienen más riesgo. Por eso en la menopausia se pierde más grasa en las caderas y se aumenta en la zona de la tripa.

La grasa de las cartucheras no responde tanto a la dieta y al ejercicio, por tanto, porque «no tiene repercusión para la salud, esto es, el organismo no la identifica como una amenaza sino como un almacén, y deja de luchar para desprenderse de ella», avanza Cornejo. Esa grasa suele ser bastante dura y, en algunos casos, sólo se elimina a nivel estético con una liposucción (cirugía) o tratamientos menos invasivos como las ondas de choque o criolipólisis, continúa la doctora. «Pero no son tan eficaces como la intervención». ¿Y por qué una mujer querría entonces someterse a una operación? Como suele ocurrir con muchas otras zonas del físico, las cartucheras no encajan en los cánones de belleza actuales.

Una vez claro que a nivel metabólico esa grasa no comporta ningún problema para la salud de la mujer, quienes sí se encuentren entre ese 32% de chicas a las que las cartucheras les preocupan, según un estudio de Coolsculpting, pueden hacer ciertas cosas para tratar de paliar esa grasa rebelde. Hay formas de mejorar la llamada zona de la banana a través del fitness y, sobre todo, la alimentación. Pero lo primero que hay que tener presente es que las reservas de grasa del cuerpo son necesarias para vivir.

LA ALIMENTACIÓN CUENTA

La grasa está formada por largas cadenas de carbono que, al separarse, liberan energía y esta es la forma más eficiente que tiene el cuerpo de almacenarla para poder moverse. «Toda la comida que no es capaz de transformar en energía o desechos se acumula en forma de grasa y por eso es tan importante cuidar lo que comemos», asevera Óscar Ballestero Falero, entrenador personal de O2 Centro Wellness Manuel Becerra y graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFYD).

Según este experto, en verano suele darse la situación peculiar de que somos menos activos al perder la rutina y comer de más en un contexto más relajado. «La combinación de ambos factores hace que se acumule grasa a mayor velocidad que en tu día a día normal. La forma más común de acumular grasa es la comúnmente llamada grasa blanca. Esta se acumula en la zona abdominal en hombres y en las caderas y muslos de las mujeres, provocando las famosas cartucheras.

ENTRENAMIENTO DE FUERZA

Además de cardio, para perder grasa es fundamental ejercitar la fuerza. «El entrenamiento orientado al aumento de la masa muscular siempre es algo positivo, pues cuanto mayor sea, también el gasto calórico de cualquier otra actividad será mayor. Los ejercicios de fuerza funcionales como la sentadilla, el peso muerto y la dominada son los que más musculatura mueven y los básicos de cualquier rutina de fuerza», apunta.

Finalmente y como conclusión, lo más efectivo siempre será que un entrenador se adapte a tus necesidades y objetivos, según tu morfología. «Si no fuese posible, como comentábamos, las clases colectivas, especialmente el ciclo indoor, pueden ser la opción para engancharte al gimnasio y conseguir tu ritmo de entrenamiento». Y recuerda, no te obsesiones. «Las mujeres necesitan mayores reservas de grasa debido al gasto calórico extra que supondría un embarazo y se localiza en muslos y caderas para que este exceso de volumen y peso no afectase al feto. En cambio, en hombres se acumula en la zona abdominal, ya que no están condicionados por el embarazo».

 

Fuente: Telva